Los psiquiatras ingleses, muy preocupados por la adicción al teléfono móvil, han bautizado esta enfermedad: NOMOPHOBIA (No Móvil Fobia), el miedo a quedarse sin móvil, sin comunicación, sin saldo, sin cobertura, sin batería, o a perder la tan preciada agenda del teléfono.
A nuestros abuelos les hubiese gustado tener un teléfono móvil, pero entonces no era posible.
En algunos lugares del tercer mundo el teléfono móvil no está aún perfeccionado.
Gracias al móvil, esta generación se ha ahorrado la lata de tener que ir a llamar a las cabinas telefónicas.
Desde la más tierna infancia, esta generación utiliza el móvil.
Los niños sueltan el biberón para teclear o hablar por el móvil.
Por esta razón los psiquiatras ingleses han calificado de "nomophobos" a los pacientes adictos al móvil.
El móvil es más adictivo que el tabaco.
El móvil es más adictivo que el alcohol.
El móvil es más adictivo que las drogas sintéticas.
El móvil es más adictivo que la heroína.
Con los smartphones esta dependencia se ha multiplicado y se conjuga con la adicción a las redes sociales.
Muchas parejas se rompen por culpa de esta adicción.
La Nomophobia entorpece las relaciones sexuales.
El adicto al móvil no lo suelta ni en pleno acto sexual y no puede llegar al climax.
Porque su verdadero amor es el teléfono móvil.
El adicto duerme con el móvil encendido junto a la almohada, por si le llaman o llega un mensaje.
La Nomophobia puede incluso producir insomnio.
Esta es una generación esclava del móvil.
¿Por qué se reunen los amigos si luego pasan todo el rato hablando y tecleando con el móvil?
Enviar fotos forma también parte de la Nobophobia.
Y como los Whatsapps son gratis...
Los adictos salen de viaje y no se dirigen la palabra.
Los adictos no sueltan el móvil ni en la bañera.
Ni sentados en el WC.
Los adictos pueden tener un ataque de histeria debido a la falta de cobertura.
Esta imagen puede provocarles mucha ansiedad.
Si de repente el móvil se queda sin saldo al adicto puede darle un ictus.
Pero lo más grave es ¡¡¡PERDER EL MÓVIL!!!
La busqueda puede resultar desesperante.
La perdida definitiva del móvil puede llevar al adicto a la tumba.
Pasé unos días en Formentera, y me sorprendió ver que todos los turistas y veraneantes estaban en las playas sin soltar el móvil.
NOMOPHOBIA es una enfermedad mental que afecta a millones de personas.
Debido a que los adictos andan desconcentrados por las calles, cada día hay más robos.
En algunos sitios puede verse esta señal de prohibición.
Es la señal más desobedecida del mundo.
Me imagino que el maquinista, que originó este catastrófico y mortal accidente, estaría despistado con su teléfono móvil.